sábado, 4 de abril de 2015

LA CARRERA CIENTÍFICA


Creo que todos los que empezamos a dedicarnos a la investigación sentimos que se nos encoge el estómago cuando pensamos en el futuro. Es cierto que hay que ser consciente de que la carrera que hemos elegido es complicada, y ya lo era antes de la famosa crisis, pero creo que en los últimos años las cosas todavía se han puesto más difíciles.



Supongo que la primera opción que todos tenemos en mente es la de acabar el doctorado lo mejor posible y conseguir un postdoc en Europa o EEUU. Este ha sido el destino de la mayoría de mis compañeros y por lo que leo el de la mayoría en general. Me ha parecido muy interesante el artículo de El País “Fuga de cerebros”, además de abordar este tema contando la experiencia de mucha gente, habla sobre un centro puntero en biología molecular de plantas, mi ámbito de investigación, así que casi he visualizado mi futuro y no ha sido una sensación muy agradable. Me queda clarísimo que si sigo en la investigación difícilmente voy a lograr una estabilidad laboral ni económica. Lo peor es que después del postdoc casi parece impensable volver, y si hay alguna opción las condiciones son bastante peores que en el extranjero.

Por tanto, si las cosas están así no es de extrañar que después del doctorado mucha gente abandone la carrera investigadora. Para seguir en ella hay que renunciar a muchas cosas y puede que la gente no esté dispuesta a hacerlo o le de mayor prioridad a otros aspectos de su vida.

Otra opción, que hace unos años supongo que era el objetivo de la mayoría de becarios predoctorales, es la de obtener una plaza de profesor en la universidad. Ahora mismo esa opción creo que ha pasado a ser la última porque apenas salen plazas y como bien demuestra el estudio de El País casi la mayoría ya tienen nombre y apellidos antes de que salgan. Esto es muy injusto, y unido a que cada vez cuesta más jubilarse…

Viendo el panorama a una le entra la depresión. Estoy en mi primer año de doctorado y creo que todavía evito pensar en ese…¿y después qué? Hay gente que me comenta “tómatelo como un contrato de trabajo y después a otra cosa”. Es una posibilidad, siendo ingeniera agrónoma creo que tengo un abanico de posibilidades dentro del mercado laboral, pero otras carreras como biología lo tienen más complicado. Sin embargo me da rabia, porque el doctorado supone mucho esfuerzo, se le dedican muchas horas y los resultados que se obtienen pueden ser muy valiosos. Pero esto no se valora, algunos ni lo consideran un trabajo y con los últimos recortes el sistema científico español cada vez está más limitado.

A pesar de todo esto, todavía tengo ánimo, me gusta lo que hago y no me importa dedicarle más tiempo del que me pagan. Por eso, que quede claro, si tengo que abandonar la carrera científica algún día será porque todas estas circunstancias ME HAN OBLIGADO.



miércoles, 1 de abril de 2015

SISTEMAS CIENCIA TECNOLOGÍA SOCIEDAD



El tema que me ha tocado abordar esta semana me parece muy complejo a la vez que interesante, el sistema ciencia tecnología sociedad. Hasta ahora el nombre que yo le daba a este sistema era simplemente el de I+D+i, pero quizá este último no engloba bien el concepto.

Es cierto que actualmente este sistema ciencia tecnología sociedad nos puede parecer  lógico: la ciencia (investigación) alimenta el desarrollo de la tecnología (sector empresarial) que tiene una repercusión directa en la sociedad (forma de vida). Sin embargo, ahora me resulta incluso chocante pensar que en los inicios esta tercera pata de “sociedad” no se tenía en cuenta a la hora de analizar la eficiencia del sistema.
Por tanto, la forma en que se ha intentado medir los resultados de la actividad investigadora también ha ido variando según la concepción de este sistema. Es decir, en los inicios solamente se utilizaban indicadores meramente económicos y cuantitativos, pero con la incorporación de la sociedad al sistema también se han empezado a tener en cuenta otros aspectos directamente relacionados con el impacto de la ciencia en la sociedad, la percepción de la ciencia por la sociedad etc. Creo que este paso era necesario, ya que el éxito o no de las investigaciones científicas debe verse reflejado en la sociedad, por tanto debía evaluarse también. Sin olvidar que el efecto contrario también se da, la propia sociedad puede influir en la ciencia posicionándose y opinando sobre los sectores en los que quiere o necesita que se de un mayor desarrollo.
Después de leer los diferentes textos una se da cuenta de la complejidad del sistema y por tanto de lo difícil que resulta encontrar una forma de medir o buscar indicadores que reflejen su eficiencia en conjunto.

Otro aspecto que merece la pena analizar es el efecto entre la inversión económica en I+D+i y el desarrollo de ésta. Parece lógico pensar que con mayor inversión (en épocas de auge económico) este sector se haya visto reforzado. El éxito en investigación de un país puede depender de muchísimos factores, pero parece que el económico es el más importante. Es cierto que es necesaria una inversión mínima en el sector para que este funcione y de buenos resultados, pero ¿existe también un máximo? Es decir, que si se invierte cada vez más dinero en I+D+i  los output y los resultados van a ir incrementándose también pero ¿quizá se llegue a un punto en el que la inversión llegue a ser desproporcional y para nada rentable? Vista la coyuntura económica actual no creo que vayamos a tener ese problema ni en mil años luz.

Como texto optativo, me ha parecido interesante profundizar en la entrada “Percepción social de la ciencia”. Creo que al final las que trabajamos en ella no podemos opinar al respecto, por tanto me parece interesante saber qué es lo que percibe la sociedad. Para ello, echando un vistazo al informe de la FECIT de 2010 sobre este tema en concreto, me ha llamado mucho la atención que la sociedad española tenga en general una imagen positiva de la Ciencia y la Tecnología. Parece que esa idea de ir a la cola de Europa empieza a cambiar y que se valora cada vez más su contribución a la sociedad.
También me parece interesante que se admita que existe una laguna en el conocimiento y la información que se tiene y se recibe sobre la ciencia. Creo que cada vez hay más personas que cursan estudios universitarios y que por tanto, tienen el conocimiento, sin embargo en cuanto a la comunicación estoy totalmente de acuerdo en que la ciencia NO se difunde prácticamente en los medios de comunicación convencionales, pero como bien apunta el informe parece que internet sí es una herramienta más válida para hacerlo. Ejemplo de ello, este blog y el de mis compañeras.

viernes, 13 de marzo de 2015

Fraude científico y otras patologías



El fraude científico me parece un tema muy interesante a la vez que controvertido. Bien es cierto que antes de empezar a leer sobre ello no pensaba que hubiera sido tan estudiado.

En cuanto a esa concepción de las científicas como gente honrada, más justa, que va con la verdad por delante y que aplica el método científico a todos los aspectos de su vida, creo que es un gran error. Como bien menciona el libro Traidores a la verdad las científicas somos como el resto, personas influenciables, que podemos cometer los mismos errores que todo el mundo consciente o inconscientemente.
Respecto a esto último, la consciencia en la realización de fraudes, habría mucho que decir. En primer lugar, cuando se “maquillan” resultados quiero entender que se hace desde una cierta inconsciencia. Es decir, que esa pequeña modificación no se considera por el investigador como una manipulación de los datos. Con esto no quiero decir que estas prácticas estén bien, sino que es un grado de fraude que no se suele considerar en ocasiones como tal y que está muy generalizado. ¿Quién no se ha sentido tentado a eliminar ese outlaier que nos estropea los resultados? Está en cada persona  la decisión de eliminarlo o no.
En segundo lugar, creo que hay casos en los que se pueden cometer errores inconscientemente, ya sean experimentales o en el análisis de datos. Parece mentira que si más de una persona repite o revisa los experimentos o datos esto no salga a la luz, pero muchas veces hace falta una revisión externa para caer en la cuenta.
Con esto simplemente quería apuntar que la voluntariedad del fraude puede no ser tal, o así me gustaría que fuera. Pero conociendo el mundo que nos rodea esto seguramente no sea así, hay muchas razones que pueden llevar a una investigadora a cometer un fraude, un plagio…y viendo los estudios que se han hecho así queda demostrado (como ejemplo la infografía creada por Clinical Psychology).
Hilando con este tema, me ha parecido un tanto curioso el término de “ciencia patológica”. Llegar a un punto de inconsciencia en la comisión de fraudes tal que se convierta en una patología me parece demasiado. No creía que un investigador pudiera llegar a tal punto, pero como ocurre en la vida cotidiana una se puede obsesionar con algo y ver cosas donde no las hay (en este caso sin una base científica sólida). Así que cuidado con meter tantas horas en el laboratorio porque parece que este riesgo es real.

Para terminar quería comentar también otro aspecto que me llama mucho la atención, y es el tema de la revisión de artículos por parte de las revistas. En mi opinión este sistema está muy influenciado por temas subjetivos como amiguismos-enemistades o renombre de los autores. Pero para mí lo más preocupante es la idea que refleja el artículo Mitos o realidades: a propósito de la publicación de trabajos científicos: “los malos artículos serán tarde o temprano publicados, con tal que los autores insistan en enviarlos a sucesivas revistas”. Esto deja caer que casi cualquier cosa puede publicarse aunque sea en una revista con un factor de impacto no muy alto. Con esto queda claro que el sistema de publicación actual está en entredicho.