El fraude científico me parece un
tema muy interesante a la vez que controvertido. Bien es cierto que antes de
empezar a leer sobre ello no pensaba que hubiera sido tan estudiado.
En cuanto a esa concepción de las
científicas como gente honrada, más justa, que va con la verdad por delante y
que aplica el método científico a todos los aspectos de su vida, creo que es un
gran error. Como bien menciona el libro Traidores a la verdad las científicas somos como el resto,
personas influenciables, que podemos cometer los mismos errores que todo el
mundo consciente o inconscientemente.
Respecto a esto último, la consciencia en la realización de fraudes,
habría mucho que decir. En primer lugar, cuando se “maquillan” resultados
quiero entender que se hace desde una cierta inconsciencia. Es decir, que esa
pequeña modificación no se considera por el investigador como una manipulación
de los datos. Con esto no quiero decir que estas prácticas estén bien, sino que
es un grado de fraude que no se suele considerar en ocasiones como tal y que
está muy generalizado. ¿Quién no se ha sentido tentado a eliminar ese outlaier
que nos estropea los resultados? Está en cada persona la decisión de eliminarlo o no.
En segundo lugar, creo que hay casos en los que se pueden cometer
errores inconscientemente, ya sean experimentales o en el análisis de datos.
Parece mentira que si más de una persona repite o revisa los experimentos o
datos esto no salga a la luz, pero muchas veces hace falta una revisión externa
para caer en la cuenta.
Con esto simplemente quería apuntar que la voluntariedad del fraude
puede no ser tal, o así me gustaría que fuera. Pero conociendo el mundo que nos
rodea esto seguramente no sea así, hay muchas razones que pueden llevar a una
investigadora a cometer un fraude, un plagio…y viendo los estudios que se han
hecho así queda demostrado (como ejemplo la infografía creada por Clinical Psychology).
Hilando con este tema, me ha parecido un tanto curioso el término de
“ciencia patológica”. Llegar a un punto de inconsciencia en la comisión de
fraudes tal que se convierta en una patología me parece demasiado. No creía que
un investigador pudiera llegar a tal punto, pero como ocurre en la vida
cotidiana una se puede obsesionar con algo y ver cosas donde no las hay (en
este caso sin una base científica sólida). Así que cuidado con meter tantas
horas en el laboratorio porque parece que este riesgo es real.