jueves, 15 de enero de 2015

USUARIA DE DOCUMENTACIÓN CIENTÍFICA


Seguimos con el tema de la documentación científica, en este caso tratando de conocer mejor los documentos que utilizamos día a día y la forma de gestionar toda esta información.
A pesar de no haber podido estar en la sesión presencial en la que se trató este tema con profundidad y seguramente desde un punto de vista más multidisciplinar, me voy a “auto-entrevistar” para contestar a  las preguntas que se plantearon.

¿Qué tipo de documentos utilizas en tu tesis?
Básicamente utilizo artículos publicados en revistas científicas que están dentro del campo de mi investigación, como son la biotecnología, biología molecular de plantas, fisiología vegetal, proteómica, etc. El formato siempre es en columnas y dividido en los apartados típicos de la estructura IMRAD, aunque su orden puede variar.
En algunos casos recurro también a algún libro, principalmente para aclarar conceptos cuando tengo que tratar temas que quedan algo más lejanos a mi formación o simplemente para recordar algunas cosas. Por ejemplo, un libro que siempre tengo cerca es “Biochemistry and molecular biology in plants” de Buchanan, Gruissem y Jones.

¿Tienen referencias? ¿Cuántas, cómo se citan, con qué finalidad crees que están?
Los artículos que consulto sí tienen referencias. El número es variable dependiendo de cada artículo, su contenido, longitud, etc. La forma de citarlas también puede variar, pero básicamente suele ir al final del artículo en el apartado “References” y ordenadas alfabéticamente según el apellido del primer autor, seguido del año de publicación, posteriormente el título, y acabando con el nombre de la revista, volumen y página inicial y final. En algún caso también he visto artículos en los que las referencias se enumeran conforme se citan en el texto y en el apartado final aparecen numeradas en ese orden.
La finalidad de referenciar los artículos supongo que surge por la necesidad de utilizar los resultados o metodologías de otros autores para justificar, apoyar, contradecir…tus propios resultados. Es decir, que si plasmas en tu artículo una idea que aparece en otro, necesariamente hay que citarlo.

¿Hay otros elementos además del texto puro (tablas, gráficas)?
Efectivamente los artículos siempre llevan figuras que acompañan al texto. Estos elementos pueden ser:
-          Fotografías: ya sean fotografías “normales” por ejemplo para mostrar el fenotipo de diferentes plantas, de microscopía, tinciones o resultados de algunas técnicas que se visualizan con una imagen como puede ser simplemente un western blot entre otras muchas.
-          Tablas: donde se muestran datos ordenados facilitando su comprensión y normalmente acompañados de su análisis estadístico.
-          Gráficos: que ayudan a representar ciertos ensayos, incluyendo en ellas también la parte estadística.
-          Imágenes: también se pueden encontrar imágenes que no son fotografías, sino creadas por ordenador como por ejemplo una secuencia de aminoácidos de una proteína o su modelo estructural, el esquema de una construcción génica, etc.

¿Cómo has encontrado esa información?
Los documentos que manejo los encuentro en internet. Utilizo la base de datos Scopus, la página web del NCBI (Centro Nacional para la Información Biotecnológica) o simplemente haciendo búsquedas en Google o Google Académico.
Cuando quiero buscar un artículo en concreto lo suelo hacer desde el portal de revistas de la UPNA y en caso de que no estuviera accesible on-line lo he solicitado por correo electrónico al Servicio de Préstamo Interbibliotecario y en algunos casos lo consiguen.
Además tengo activada una alerta en My NCBI, de forma que cada semana me llegan al correo artículos que pueden ser de mi interés según los parámetros que yo he introducido para configurar la alerta como palabras clave, autores, etc.

¿Cómo almacenas la información que vas encontrando?
Suelo descargar los artículos en pdf y almacenarlos en carpetas ordenados por temas para después consultarlos.  Sé que no es el sistema más eficaz pero hasta el momento me sirve (sólo llevo 7 meses de tesis). Cuando pase el tiempo seguramente el número de artículos que quiera almacenar se multiplicará exponencialmente así que tendré que empezar a utilizar alguna aplicación como Mendeley. Sin embargo, para manejar las referencias sí que utilizo el programa EndNote.

domingo, 11 de enero de 2015

Introducción a la documentación científica


Por fin he encontrado un poco de tiempo para reflexionar sobre un tema que creo que es un aspecto fundamental para un investigador, la documentación científica.
Reflexionando y leyendo sobre este tema me he dado cuenta de la importancia que tiene realmente, y que sin embargo es un aspecto que en muchos casos se descuida. Por ejemplo, en mi caso la forma de aprender a escribir un artículo es básicamente (porque todavía estoy en ello) leer muchos artículos de mi campo e imitar su estilo además de recibir consejos y correcciones de las compañeras. Creo que algún tipo de formación en este sentido nos vendría muy bien a las personas que estamos iniciando nuestra carrera científica.
En general creo que el tema de la documentación científica es amplio y complejo ya que se podría hablar sobre ella desde diferentes puntos de vista y además el tipo de documentos que engloba es bastante grande. Una forma de aclararse un poco ha sido ver el video “Posibles destinos de una comunicación en ciencia” que clasifica los documentos según el público al que van dirigidos o leer el capítulo 3 del libro de Ruy Pérez Montfort, que lo hace en base al tipo de fuente de documentación que suponen para los lectores.
 Dejando esta complejidad aparte, desde mi punto de vista, como alguien que se está iniciando en el mundo de la investigación, esta cuestión es tan importante por dos motivos:
1.- La calidad de tus publicaciones será sinónimo de tu calidad como investigadora.
2.- Si el conocimiento no se hace público no existe.
Estos dos motivos son lo suficientemente importantes para creer que es crucial aprender a escribir artículos, escribir de una forma clara y correcta y dedicarle a ello el tiempo necesario.  Por lo tanto, si queremos empezar a encontrar un hueco en la ciencia creo que una buena forma es producir artículos de calidad.
Ahora, ¿qué significa escribir de forma correcta o escribir artículos de calidad? Para analizar esta cuestión ha sido interesante revisar el libro de Robert Day sobre "Cómo escribir y publicar un artículo científico". En mi opinión la estructura IMRYD es adecuada para el propósito de un artículo científico porque permite organizar de forma sencilla la información que el autor quiere transmitir. Así como esta estructura fue progresando desde principios del siglo XIX, seguramente dentro de unos cuantos años seguirá cambiando y adaptándose a la propia evolución de la investigación científica. Actualmente ya se pueden ver pequeñas variaciones de esta estructura en algunas revistas, como el cambio de orden de los apartados. En cuanto a este aspecto quiero comentar mi desacuerdo sobre el comentario de Ruy Pérez Montfort: “una sección de materiales y métodos mal escrita generalmente es la clave para que dichos árbitros recomienden el rechazo del artículo y no se publique”. Creo que justamente esta sección está tendiendo a reducirse en las publicaciones y me cuesta creer que los resultados y conclusiones que aporta un artículo no tengan más peso que los “materiales y métodos” para decidir si el artículo es publicable o no.
Sobre el segundo aspecto el libro de Robert Day coincide conmigo (mejor dicho yo con él) en que el objetivo último es publicar. Pero no publicar en el sentido estricto de la palabra sino en que nuestro conocimiento se comparta, que sea entendido por otras personas. Para lograr esto hay que darse cuenta de que aunque lo que queremos transmitir no sea “el descubrimiento del siglo”, la forma en que contamos nuestros resultados y los discutimos pueden hacer que el artículo llegue o convenza a más gente de que lo que contamos es realmente importante.
En cuanto a la visibilidad de las publicaciones está claro que un buen título o un abstract bien escrito pueden hacer el artículo más atractivo. Sobre esta última parte del artículo concretamente creo que el libro de Ruy Pérez Montfort comenta una serie de aspectos que encuentro muy interesantes, ya que el abstract me resulta una parte difícil de escribir bien. Sin embargo, en mi opinión el aspecto que mayor influencia tiene en la visibilidad de un artículo es la revista en la que se publica.
En definitiva, ¿de qué serviría nuestro trabajo si este luego no llegara a la sociedad? En otras palabras, si los resultados de la actividad investigadora no se hacen públicos y no son entendidos por el resto de la comunidad (científica primero y a la sociedad en general después), ¿sirven de algo? Para mí la respuesta es no.