Por fin he encontrado un poco de tiempo para reflexionar sobre un tema
que creo que es un aspecto fundamental para un investigador, la documentación científica.
Reflexionando y leyendo sobre este tema me he dado cuenta de la
importancia que tiene realmente, y que sin embargo es un aspecto que en muchos casos
se descuida. Por ejemplo, en mi caso la forma de aprender a escribir un
artículo es básicamente (porque todavía estoy en ello) leer muchos artículos de
mi campo e imitar su estilo además de recibir consejos y correcciones de las
compañeras. Creo que algún tipo de formación en este sentido nos vendría muy
bien a las personas que estamos iniciando nuestra carrera científica.
En general creo que el tema de la documentación científica es amplio y
complejo ya que se podría hablar sobre ella desde diferentes puntos de vista y además
el tipo de documentos que engloba es bastante grande. Una forma de aclararse un
poco ha sido ver el video “Posibles destinos de una comunicación en ciencia”
que clasifica los documentos según el público al que van dirigidos o leer el
capítulo 3 del libro de Ruy Pérez Montfort, que lo hace en base al tipo de
fuente de documentación que suponen para los lectores.
1.- La calidad de tus publicaciones será sinónimo de tu calidad como
investigadora.
2.- Si el conocimiento no se hace
público no existe.
Estos dos motivos son lo suficientemente importantes para creer que es
crucial aprender a escribir artículos, escribir de una forma clara y correcta y
dedicarle a ello el tiempo necesario. Por
lo tanto, si queremos empezar a encontrar un hueco en la ciencia creo que una
buena forma es producir artículos de calidad.
Ahora, ¿qué significa escribir de forma correcta o escribir artículos
de calidad? Para analizar esta cuestión ha sido interesante revisar el libro de
Robert Day sobre "Cómo escribir y publicar un artículo científico".
En mi opinión la estructura IMRYD es adecuada para el propósito de un artículo
científico porque permite organizar de forma sencilla la información que el autor
quiere transmitir. Así como esta estructura fue progresando desde principios
del siglo XIX, seguramente dentro de unos cuantos años seguirá cambiando y
adaptándose a la propia evolución de la investigación científica. Actualmente
ya se pueden ver pequeñas variaciones de esta estructura en algunas revistas,
como el cambio de orden de los apartados. En cuanto a este aspecto quiero
comentar mi desacuerdo sobre el comentario de Ruy Pérez Montfort: “una sección
de materiales y métodos mal escrita generalmente es la clave para que dichos
árbitros recomienden el rechazo del artículo y no se publique”. Creo que
justamente esta sección está tendiendo a reducirse en las publicaciones y me
cuesta creer que los resultados y conclusiones que aporta un artículo no tengan
más peso que los “materiales y métodos” para decidir si el artículo es
publicable o no.
Sobre el segundo aspecto el libro de Robert Day coincide conmigo
(mejor dicho yo con él) en que el objetivo último es publicar. Pero no publicar
en el sentido estricto de la palabra sino en que nuestro conocimiento se
comparta, que sea entendido por otras personas. Para lograr esto hay que darse
cuenta de que aunque lo que queremos transmitir no sea “el descubrimiento del
siglo”, la forma en que contamos nuestros resultados y los discutimos pueden
hacer que el artículo llegue o convenza a más gente de que lo que contamos es
realmente importante.
En cuanto a la visibilidad de las
publicaciones está claro que un buen título o un abstract bien escrito pueden
hacer el artículo más atractivo. Sobre esta última parte del artículo
concretamente creo que el libro de Ruy Pérez Montfort comenta una serie de aspectos
que encuentro muy interesantes, ya que el abstract me resulta una parte difícil
de escribir bien. Sin embargo, en mi opinión el aspecto que mayor influencia
tiene en la visibilidad de un artículo es la revista en la que se publica.
En definitiva, ¿de qué serviría
nuestro trabajo si este luego no llegara a la sociedad? En otras palabras, si
los resultados de la actividad investigadora no se hacen públicos y no son entendidos
por el resto de la comunidad (científica primero y a la sociedad en general después),
¿sirven de algo? Para mí la respuesta es no.
La célebre pregunta: un árbol que car en el bosque sin que haya nadie allí, ¿hace ruido?
ResponderEliminarY la respuesta es que no. Generará vibraciones en el aire, pero "ruido" es la interpretación de un cerebro humano de esas vibraciones. Así que hay que hacer ruido con los descubrimientos científicos ;-)